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Primeras manzaninas de junio.

El Relajau

Martes, 17 de junio 2025, 02:00

El Relajau fue un personaje de Cimadevilla de los tiempos en los que la calle Corrida se llamaba aún Ancha de la Cruz y Gijón ... era como un Londres en miniatura donde los edificios, muchos de piedra, se alineaban armoniosamente. Según cuentan las crónicas, no hubo manera de que aquel playu plácido hincara el codo mínimamente en sus años chicos. Jamás pisó el colegio. Ahora bien, se convirtió en un pescador de primera experto en todas las artes y en todos los frutos de la mar. Besugos, chopas, botones, lubinas, pulpos, andaricas, oricios... Según una anécdota referida en las memorables crónicas de Víctor Labrada, un día lanzando la caña a la espalda de San Pedro picó un bicho de extraordinario porte y al Relajau (el mote suscita envidia solo de pronunciarlo) le urgía que alguien le cogiera la caña para ayudarse de «una tarrafa» y poder cobrar la pieza. Avistó entonces a Julián el sacristán, le conminó a coger la caña rápidamente y en el preciso instante en que el susodicho Julián la tomaba rompió el sedal. Ambos se miraron en el maléfico momento en una singular tensión. Julián, asustado. El Relajau, por una vez, tensionado. Entonces le espetó iracundo: «¡Trai pacá, porque eses manes solo saben aguantar por la cruz y los ciriales!».

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