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Babin recibió el pasado verano una oferta del Real Avilés Industrial. Era la oportunidad que estaba buscando de regresar a su Asturias querida, esa comunidad que le había cautivado en su etapa en el Sporting. Aquí había dejado atrás en su última etapa en el Alcorcón madrileño muchas cosas, entre ellas a buenos amigos a los que no dudó en llamar para decirles que iba a volver.
Una de esas personas de su círculo más íntimo en el Principado es Rodri Fortuny, propietario de la Tasca Marinera El Puerto. Su amistad se fraguó en los entrenamientos del Sporting en Mareo y se ha convertido en un lazo inquebrantable que Rodri y Babin han contagiado a un pueblo entero como San Esteban. Para muestra, una foto, la de la final del Suárez Puerta entre el Real Avilés y el Rayo Majadahonda en la que un centenar de vecinos de la localidad de Muros de Nalón ocupaban con su pancarta de la 'Peña Babin de San Esteban' una de las gradas supletorias.
«En esa etapa en el Sporting un día vino a comer al restaurante y nos hicimos amigos», recuerda Rodri Fortuny. Ahí comenzó una relación que continuó en la etapa de Babin en el Alcorcón, con otra fiesta de celebración del ascenso a Segunda incluida en la capital de España.
Por eso no es de extrañar que una de las primeras llamadas del central francés cuando tuvo la opción de fichar por el Real Avilés fuese a su amigo del alma. «Seguíamos teniendo mucha relación y me dijo que había esa posibilidad y que la veía con buenos ojos. Le animé a que viniera aquí porque sabía el proyecto tan ambicioso que tenía el Real Avilés», recuerda Fortuny.
Babin pidió vivir en Avilés, entre otras cosas, por la cercanía de su San Esteban querido. «Al final, hay que pensar que tiene 38 años y a su familia en Francia. Aquí la única familia que tiene somos mi mujer y yo, y mi familia, y todos los que conoce de aquí. Con tanto entreno y viaje el refugio que tiene es el de los amigos de San Esteban. Cuando tiene libre, viene mucho a comer o a cenar», explica el hostelero.
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Rodri Fortuny es muy 'futbolero' y le gusta ver partidos si sus obligaciones profesionales se lo permiten. «Cuando puedo veo al Praviano, al Cudillero, fui a alguno al Suárez Puerta», recuerda, aunque desde el fichaje de Babin reconoce que «ahora somos muy del Real Avilés, pero 'babinistas'», puntualiza con una sonrisa.
Ese 'babinismo' se nota en el Suárez Puerta, «porque siempre que podemos vamos mi mujer o yo, y si no, alguien de San Esteban». Porque el jugador francés se ha hecho querer en la localidad gracias a su carácter cercano y afable. «Es súper sociable y muy cariñoso, viene al bar y es uno más de San Esteban, va conociendo a gente», destaca Rodri Fortuny.
Esos lazos han ido aumentando y con la clasificación del Real Avilés para el 'play-off' de ascenso la 'familia' de Babin en San Esteban se movilizó de tal forma que en el partido de vuelta ante el Atlético Antoniano se presentaron en el Suárez Puerta «55 y con una pancarta que pensamos que queríamos hacer de la Peña babinista, hasta con caretas con su cara. Luego, en la final fuimos casi 90 personas y estuvimos en la grada supletoria al lado del banquillo», añade Fortuny.
Con ese entusiasmo, no extraña que la fiesta del ascenso fuese «terrible, quedamos por Avilés a celebrarlo», asegura con una sonrisa el hostelero, que dejó una de las imágenes de la celebración al abrazarse con Babin sobre el césped del Suárez Puerta al final del partido. Pero la fiesta no fue completa hasta que el propio jugador francés del Real Avilés se presentó unos días después en la Tasca Marinera El Puerto y cumplió el ritual de encender un puro junto a algunos miembros de su 'familia' de San Esteban.
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