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Domingo, 8 de junio 2025
Más de 10.000 personas, cifra que la Policía Nacional rebaja a 6.000, dieron de nuevo oxígeno a la histórica protesta que protagonizan los docentes asturianos ... . Una manifestación sin fin, que copó la plaza de España y continuó hasta la Junta General del Principado. Algunos de los manifestantes se quedaron, también, ante la sede de la Presidencia. No salió nadie a recibirles, puesto que nadie había en ninguno de esos edificios. Pero no hizo falta. Los docentes dejaron claro que la guerra abierta contra la Administración regional no tiene un fin a la vista. O no si solo se centra la negociación en una oferta económica. «No es por la hora de más en verano y ni por el sueldo, es por la dignidad de la educación pública asturiana».
Esa frase sonó durante la jornada. Los primeros en pronunciarla fueron los directores que han dimitido de su cargo. Son 85, según algunos cálculos, aunque la cifra podría llegar al centenar de los que firmaron la carta en la que amenazaban con dar el paso si la negociación no llegaba a buen fin. Como el diálogo se rompió el jueves, al día siguiente más de 80 directores hicieron llegar su dimisión. La cifra exacta no se conoce porque, como explicó el Gobierno regional, «las dimisiones están llegando por diferentes cauces, por correo a la Consejería de Educación, a la de Cultura o a Presidencia», y también en diferentes formatos: «algunas son dimisiones personales, otras son de todo el equipo».
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Sean los que sean, más de cien dejaron clara su posición en una rueda de prensa que, al final, no fue total, con la que arrancó la jornada. En el colegio público La Ería les esperaban cientos de profesores que hicieron un paseíllo para recibirles con aplausos. En un salón de actos a rebosar, sobre el escenario Inmaculada Rodríguez, Carlos Pérez, Rubén Velasco, Ainhoa Pérez, Sonia Castillo, Desirée Martínez, Daniel Sánchez, Inés Estrada y José Ramón Núñez, todos «exdirectores o ex directoras» acompañados por la presidenta de una AMPA, Amaya Carnero.
El comunicado, largo y lleno de reivindicaciones, fue leído de forma coral. Inmaculada Rodríguez fue la primera en hablar y dejó claro que «no hay ninguna entidad partidista, la decisión que hemos tomado de dimitir se debe a un ejercicio de responsabilidad con nuestros alumnos, con la educación pública, y creemos que es inadmisible que no se haya llegado a un acuerdo y la pobreza de la negociación». Tras ella fueron tomando la palabra el resto de ponentes que explicaron que la protesta, la más importante en la educación pública asturiana en toda su historia, «no es por la hora ni por el dinero, sino por la dignidad de la enseñanza pública asturiana».
«No pedimos privilegios», aseguraron, «sino una educación inclusiva», para la que se necesitan «el número adecuado de profesionales de Pedagogía Terapéutica y Audición y Lenguaje (PT y AL)», así como «bajar las ratios» y, por supuesto, «que no exista ningún centro con un único director o directora». Todo debe quedar recogido, pidieron, «en un marco normativo que no existe en Asturias. Necesitamos un decreto de equidad, con memoria económica y con ratios adecuadas, que contemple los tiempos de intervención». Algo común a todos los centros, «tanto urbanos como rurales, porque la educación pública asturiana tiene que ser igual para todos», clamaron en una petición que fue largamente aplaudida. Como la intervención de Rubén Velasco director dimitido del Centro de Educación Especial San Cristóbal. «Somos los invisibles del sistema. Tengo que decir que entre mi primer año como director y ahora, diez años y ya ex director, no ha cambiado nada».
Unos mensajes que iban dirigidos no ya a la ex consejera de Educación, sino directamente al presidente del Principado, Adrián Barbón. «Le pedimos que cuide de la consejería, que no siga siendo esclava de Función Pública ni del Adolfo Posada», frase que fue cortada con aplausos rotundos. Le dijeron, también, que el conflicto ha saltado «por un error de cálculo, con la hora de junio y septiembre» y le piden que «revise el número de grandes profesores que han ido abandonando la consejería» y que deje que «inspección esté a nuestro lado».
Poco después y en otro escenario, igualmente multitudinario, los sindicatos que conforman la Junta de Personal Docente no Universitario tomaron la palabra. Como desde el principio, volvieron a mostrar la total unidad que hay entre ellos. Los portavoces de CC OO, UGT, ANPE, SUATEA y CSIF estaban en primera línea en la ovetense plaza de España al mediodía, cuando ya apenas se podía acceder a las inmediaciones de la sede de la Consejería de Educación, vacía no solo por ser domingo, sino porque desde el pasado 2 de junio no tiene nadie al frente. Dimitió la consejera Lydia Espina y han sido la vicepresidenta del Principado, Gimena Llamedo, y el consejero de Hacienda, Justicia y Asuntos Europeos, Guillermo Peláez, quienes han asumido la negociación.
A este respecto, todos dejaron claro que la cita de volver a la negociación mañana (lunes) a las 10.30 fue idea de la vicepresidenta del Principado. Por los sindicatos «la reunión hubiera sido ya en cualquier momento del fin de semana». Una cita en la que esperan cambios en la oferta, ya que, como explicó Cristóbal Puente, de UGT, «la propuesta que se ha hecho en materia salarial no ha variado desde la primera y tiene alguna trampilla». Se refiere a «ese complemento de 65 euros transitorios para los que tienen menos de seis años de experiencia, que desaparece cuando ese profesorado llega al primer tramo del plan de evaluación. Es decir, a los seis años la Administración se ahorra ese dinero».
Tampoco le ha gustado a Puente que el Principado diga ahora que, con la subida que ofrece, los docentes con más de doce años de antigüedad serán los mejores pagados del país. «Poner de ejemplo al profesorado que está en el segundo tramo del plan de evaluación docente es también hacer una pequeña trampa, porque nada se dice del procedimiento que se siguió durante los últimos doce años. Es decir, después de doce años han perdido más de 50.000 euros», criticó Puente. En su opinión, «es como presumir de que un edificio tiene aire acondicionado cuando alguien ha puesto un ventilador en su casa». Por eso exige que «la homologación salarial tiene que hacerse en el complemento específico, tiene que ser una subida lineal para todo el profesorado».
Una postura que también respalda Anpe. Su portavoz, Mariela Fernández, dejó claro que «vamos a seguir luchando por conseguir un acuerdo que beneficie a toda la educación asturiana». También explicó ella que «sin dejar de lado la reivindicación salarial, no es la más importante. Queremos la mejora de la calidad educativa, hemos visto la dimisión en masa de equipos directivos a los que respaldamos. Eso representa los déficits y las carencias que sufre la educación asturiana desde hace mucho tiempo». Mostró su confianza en «salir mañana con un resultado positivo, pero la pelota está en el tejado de la Administración, que haga una propuesta a la altura del sector».
Igualmente desde la CSIF, Jorge Caro recordó que «seguimos desde el principio con las mismas reivindicaciones. Hemos visto que 85 directores de Primaria han dimitido y ahora se habla de que 50 o 60 de Secundaria van a presentarla también». Para Caro, «es cierto que el Principado ha hecho pequeños movimientos en algunos temas, pero los docentes seguimos reivindicando lo mismo que el primer día».
Un discurso casi idéntico pronunció Miguel Laria. El portavoz de Suatea reconoce que «hay un escollo salarial, pero la falta de entendimiento no es por eso: la pata del salario es una del banco que estamos construyendo para la mejora de las condiciones de la escuela pública asturiana», un banco que incluye «bajada de ratio, desdobles... » De vuelta al incremento salarial, Laria recordó que «solo pedimos cobrar lo mismo que Cantabria, una comunidad completamente comparable a Asturias. No nos comparamos con comunidades con régimen foral, como Euskadi».
Jorge Espina, presidente de la Junta de Personal Docente no Universitario, dejó claro que «seguiremos trabajando para la mejora de la educación pública asturiana». Y, como el eslogan que ya han hecho suyo los docentes, el grito multitudinario sonó como una sola voz: «Ni un paso atrás». El que prometen no dar si no hay acuerdo. Y para mostrar su músculo, la negociación tendrá lugar en una jornada en la que arranca la huelga indefinida. Tras ocho días de huelga y doce de movilizaciones, los docentes asturianos han dejado claro que les queda energía. Y para rato.
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