Voces solidarias para dar vida a 13 Casas

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Evelia Cantero es una de las hermanas de la Caridad que en Asturias está al frente de este proyecto. «El nombre de 13 Casas viene de la familia vicenciana, unas 170 organizaciones a nivel mundial que estamos inspiradas por el carisma vicenciano. En 2018 hizo 400 años del origen de este carisma y el padre general lanzó este proyecto 13 Casas en todo el mundo por el problema de viviendas que existe y recordando un gesto que tuvo San Vicente, que tuvo mucha repercusión; fue en 1643 cuando Luis XIII le donó lo que hoy sería un millón dólares y él decidió hacer 13 casitas para niños abandonados de París», cuenta. El proyecto llega hoy a 77 países, con 121 proyectos y 2.678 casas que están atendiendo a 10.575 personas.

«En Asturias empezamos en febrero de 2020, las Hijas de la Caridad teníamos pisos propios que estaban vacíos, los rehabilitamos y empezamos a abrirlos para acoger a familias vulnerables, empezamos con tres y tenemos ocho, tres en Gijón, tres en Oviedo y dos en Avilés y se ha atendido en total a 107 personas», cuenta esta monja que lo que se busca es que cuando abandonan estas viviendas temporales quienes las habitan lo hagan con cierta autonomía, con ingresos para afrontar un alquiler, con trabajo, con garantías. Pero –subraya– cada vez es más difícil lograrlo y a medida que pasa el tiempo es preciso alargar más las estancias. «En este momento tenemos 40 personas, once familias con 16 menores», apunta. Añade que son todas familias de inmigrantes con las que se trabaja duro para lograr su integración. «Estamos haciendo un esfuerzo grande con la integración, nuestra misión no es solo darles la casa, sino ayudarles a que puedan integrarse socialmente, económicamente, laboralmente y culturalmente, por eso hacemos un seguimiento muy cercano con cada familia», asegura Evelia Cantero.

Pero si el año pasado el promedio de estancia era de un año, la tendencia es a que se alargue y se está empezando a llegar a los dos sin que esas familias logren ser independientes. «No tenemos límite de tiempo, nuestro propósito es ayudarles para que salgan lo antes posible, pero dignamente e integrados», narra la coordinadora del proyecto, que es trabajadora social jubilada.

Cuentan con ayuda de voluntarios y procuran que a los inquilinos no les falte nada para vivir, como pueden ser ayudas para adquirir medicamentos o gafas si fueran necesario. Cuentan con vales de compra de Alimerka y algunas otras ayudas, también en la gestión del propio proyecto, pero siempre es necesario efectivo con el que hacer frente a gastos múltiples.

Son muchas las necesidades y de ahí que el concierto solidario que está por llegar sea una magnífica noticia. «Estamos encantadas, la verdad es que no tenemos suficientes medios, ellos en cuanto trabajan algo, así sea en A o en B, aportan para la luz, el gas, la comunidad de vecinos, pero es poco y no nos llega para cubrir los gastos de mantenimiento de los pisos, por eso andamos buscando donaciones». Todo es bienvenido. De momento, 13 Casas cuenta también con el apoyo de la Fundación Cajastur.